28.05.2008
Tirando de hemeroteca, nos encontramos con esta increíble historia:
El temporal de lluvia y nieve que azota desde el lunes el norte de la península puede haberse cobrado su primera víctima en una pequeña aldea del norte de León.«Dios, qué torbas»
Estas fueron las últimas palabras de Supilicio H.B. antes de desaparecer engullido por un descomunal golpe de viento y nieve la mañana de ayer Jueves.
J.J. de Prado/Corresponsal en León 
El temporal de lluvia y nieve que azota desde el lunes el norte de la península puede haberse cobrado su primera víctima en una pequeña aldea del norte de León.Hoy viernes, con las primeras luces del día se espera que se reanuden las labores de búsqueda del vecino desaparecido desde el jueves en las inmediaciones de su propio hogar, labores que tuvieron que ser suspendidas ayer tarde por la reducida visivilidad.
Ayer jueves Supilicio H.B. de 78 años de edad se encontraba desayunando en la cocina junto a su esposa Enervina R.H. cuando salió del hogar en que ambos residen en dirección a la cuadra «a por unas rachas de leña» según relató la mujer. Mientras se calzaba las madreñas, Enervina le escuchó decir desde la puerta «Dios, qué torbas» momento en el cual Supilicio se esfumó ante la atónita mirada de su mujer. «Fue todo muy rápido, en un momento desapareció envuelto en una polvareda de nieve, cómo si una torba se lo hubiese tragado» aseguró su desolada esposa a éste periódico.
Inmediatamente los vecinos del matrimonio alertados por Enervina comenzaron una búsqueda que hasta bien entrada la tarde resultó infructuosa. Los accesos al pueblo están cortados al tráfico «Hace más de tres días que no entra por aquí la espaladora de la Diputación» se queja un vecino del matrimonio. Mientras tanto se permanece a la espera de que nuevos efectivos de la Guardia Civil de Riaño y Cistierna se sumen mañana a las labores rastreo por las inmediaciones del pequeño municipio.
Fuentes cercanas a la investigación han confirmado a este periódico que no se descarta la hipótesis de un abandono del hogar voluntario por parte de Supilicio. Vecinos del desaparecido consultados por este periódico afirman que desde hacía ya unos días, habían notado una actitud extraña en él. «Llevaba toda la semana sin venir a jugar la partida después de comer. Se le veía algo apurado. El segundo día de empezar a nevar se calzó las madreñas, agarró la pala y se puso a espalar como un loco en dirección a la carretera, ya de noche su mujer y un hermano de ésta salieron a buscarlo y lo encontraron arrecido de frío a la salida del pueblo debajo de un piorno.»
Una vecina del matrimonio parece avalar esta hipótesis.«De un tiempo a esta parte discutían con frecuencia. Yo creo que ella sospechaba que éste se había echado una querida por algún pueblo de ahí abajo. En verano abrieron un club de esos y trajeron chicas de Cuba y de por allí, y con la excusa de ir a ver los partidos del plus a Cistierna muchos cogían el coche y se iban de picos pardos, a gastar los cuatro duros que tienen ahorrados en la cartilla.»
Los compañeros de partida de Supilicio guardan silencio y agachan la cabeza en una mesa del bar, ajenos a las especulaciones y conjeturas, mientras fuera, en las calles y tejados del pueblo, la nieve sigue acumulándose por cuarto día consecutivo.
Final Feliz. Localizan en buen estado de salud al hombre desaparecido desde el Jueves en un pequeño pueblo de la Montaña «engullido por una torba» a veinte kilómetros de su hogar.
J.J.de Prado/Corresponsal en León 
Final Feliz.Supilicio H.B. fue localizado la madrugada del Jueves al Viernes por una patrulla de la Guardia Civil que realizaba un rutinario recorrido por las calles de Cistierna, a más de veinte kilómetros del lugar donde desapareció, sin que por el momento se conozcan los medios que empleó para llegar hasta allí en mitad del temporal de viento y nieve que azota la comarca y que mantiene incomunicado por carretera el Norte de la provincia de León.
Según las primeras informaciones el estado de salud del hombre de 78 años de edad es bueno, cuando fue encontrado dormitaba en los soportales de una céntrica plaza de la población, hecho que llamó la atención de la patrulla que recorría las calles de Cistierna dadas las adversas condiciones meteorológicas. Procediendo a su identificación comprobaron que se trataba del individuo desaparecido esa misma mañana por lo que inmediatamente informaron a los cuarteles de Riaño y Cistierna para suspensión de las labores de búsqueda del desaparecido organizadas para el Viernes.
Por lo que ha podido averiguar este periódico, los motivos que condujeron a Supilicio H.B. a abandonar el hogar en extrañas circunstancias la mañana del Jueves no fueron otros más que la urgente necesidad de canjear un décimo de lotería que había resultado premiado en el sorteo de la pasada semana. El importe del premio no ha podido aún ser determinado, debido al recelo mostrado por el protagonista de este extraño suceso, que se ha negado a efectuar declaración alguna así como a mostrar el décimo premiado hasta que abran las puertas de la Administración de Lotería ubicada en la localidad de Cistierna.
Mientras tanto en su pueblo, los compañeros de partida de Supilicio se frotan las manos planeando un más que seguro viaje a Cuba dejando atrás el duro clima de la montaña leonesa, y Enervina confiesa resignada desde la cocina de su casa «Siempre soy la última en enterarme de todo»
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