martes, 7 de julio de 2009

Las vacas de Vadinia

07.07.2009




Leche, poca y no siempre, trabajaban demasiado para criar los jatos con frecuencia que nos hubiera gustado, y comían lo que había, que en muchas ocasiones era escaso. Carne, pues tampoco mucha, eran más fuertonas de la parte delantera que la trasera y no daban mucho de sí. Aquellas "vacas del país" que cuando las cubría el toro del pueblo nos parecía a los guajes que se iban a descoyuntar con las embestidas que recibían, creo que pertenecieran a la raza "Tudanca" fuertes y resistentes, a falta de medios mecánicos, suponían una garantía para las labores cotidianas del hogar montañés. No fue hasta mediados los años setenta cuando el creciente interés por la producción láctea condujo a la moda de los cruces con toros suizos que dieron lugar a la "ratina" una subespecie de "Pardo-Alpina" de una tonalidad grisácea y porte equilibrado, mil veces cruzadas con otras vecinas comarcas en ferias, pero las vacas de leche que hoy conocemos, que han llegado hasta nuestros días y que se resisten a desaparecer de las pocas explotaciones ganaderas tradicionales que aún sobrevivien en nuestros pueblos.



Generaciones de vacas que legaban sus nombres a las hijas, y que permanecen aún en nuesta memoria como viejas compañeras de juegos y labores. Un cuerno torcido, el peculiar andar, la tonalidad de su pelaje, inconfundibles aún en fotografías después de tantos años.
Algunas de ellas:

Nombres de animales:
La Coneja, la Liebre, la Corza, la Cierva, la Paloma, la Cuca.

Referencias geográficas:
La Turca, la Mora, la Gallega, la Valenciana, la Castellana, la Asturiana, la Serrana.

Caracteres físicos y de personalidad:
La Gallarda, la Princesa, la Marquesa, la Pinada, la Garbosa, la Chatina, la Airosa, la Morena, la Blanca, la Parda, la Mocha, la Galana, la Mansa, la Corva, la Bonita.

Otras:
La Nevada, la Estrella, la Chispa, La Gitana, la Romera.


Vale.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial:

http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2005/12/17/4351475.shtml

Si uno va caminando por una corredoira y, de repente, escucha: «¡Paaaasa, Chenooooa!», no necesariamente tiene que haberse cruzado en su camino una estrella de la canción. Nada más lejos. La Chenoa del prado puede ser una de las 221 vacas lecheras con ese nombre que pastan por Galicia, según la base de datos de Control Leiteiro propiedad del Servizo del Producións Gandeiras (Consellería de Medio Rural).
En los últimos días, la recopilación de los nombres de las vacas de Galicia, realizada por el autor del blog O Ollo da Vaca (http://oollodavaca.blogspot.com), ha corrido como la pólvora entre los internautas gallegos, que se han encontrado con que, a pesar de que las nuevas tendencias pegan fuerte, el nombre más utilizado por los ganaderos de Galicia para bautizar a sus reses es el de Paloma.
El Servizo de Producións Gandeiras confirma todos y cada uno de los datos contenidos en este recuento, hecho sobre un censo que recoge 600.000 nombres de reses dedicadas a la producción de leche.
De «Cachorra» a «Pichona»
Si la lista de nombres la encabeza Paloma, con 6.470 registros, a la zaga le anda Linda, con 5.850 entradas. Pinta (5.787), Blanca (5.345), Cuca (4.402) y Lucera (4.185) van a continuación, según un estadillo plagado, aunque en menor medida, de Marquesas, Lunas o Lúas, Perlas, Moras, Pastoras, Negras, Morenas, Parrulas o Monas. Muy socorridos son en el santoral ganadero de Galicia los nombres de Romera, Morita, Princesa, Estrella, Careta o Diana, lo mismo que Bonita, Nova, el sonoro Cachorra (2.055 vacas se llaman así), Pichona, Gallarda, Rula, Mimosa o Mariposa-Bolboreta.
El autor del recuento repara en un hecho curioso: las 221 vacas que, a partir del año 2002, llevan por nombre Chenoa. Pero no es eso lo que más le llama la atención, sino que «cando comezou a primeira edición de OT xa existían rexistradas aquí oito vacas con ese nome. Iso é ter visión de futuro».
«Nunca Máis»
La búsqueda concienzuda realizada por O Ollo da Vaca en el registro gallego arroja muchos más resultados. Por ejemplo, que 13 vacas lecheras se llaman Prestige y que seis de ellas nacieron entre noviembre del 2002 y febrero del 2003.
Mucho más inquietante es el caso de una res que, a pesar de haber llegado al mundo el 16 de octubre del 2002, se llama Nunca Máis. Para el autor del recuento, hay tres posibles explicaciones para un hecho semejante: «Unha, que teña mal o nacemento na base de datos; outra, que lle cambiaran o nome despois; e a terceira, que a vaca sexa de Rappel».
Rosalía, con 151 entradas, es otro nombre relativamente socorrido en la cabaña ganadera gallega, nada excesivamente extraño. Sí que lo son, sin embargo, otros mucho más exclusivos: En Galicia existe, al menos, una vaca Norma Duval y más de cincuenta a las que sus propietarios les pusieron un televisivo Suellen.